Muchas veces rompe a llover justo en el momento menos oportuno.
Muchas otras, en cambio, la lluvia parece ser un regalo de algún ente sobrenatural que, por algún motivo, nos ha cogido cariño.
En cuanto a mí... Yo adoro la lluvia.
Hace algunos años, pasé algunos meses sin ver llover (algo poco común donde yo vivo). Fue durante esa época en la que los medios se centraban y se obsesionaban con el calentamiento global. Una época de calor abrasador y de aire tan seco como el viento del desierto.
Entonces, una noche de verano, sin previo aviso, empezó a llover. Cuando escuché el delicioso sonido de gotas golpeando mi ventana, mi corazón se quedó sin respiración durante varios segundos. Flotaba en el aire.
Sin pensar, me levanté de mi silla, bajé corriendo las escaleras y salí al jardín. La noche estaba tan fresca -o estaba yo tan emocionado- que el vello de mis brazos se erizó. El agua, caída del cielo, acariciaba mi piel con la más dulce de las ternuras. El olor a tierra mojada me invitó a llorar.
La vida es como la lluvia: podemos dejarnos ahogar o podemos llover con ella.
Muchas otras, en cambio, la lluvia parece ser un regalo de algún ente sobrenatural que, por algún motivo, nos ha cogido cariño.
En cuanto a mí... Yo adoro la lluvia.
Hace algunos años, pasé algunos meses sin ver llover (algo poco común donde yo vivo). Fue durante esa época en la que los medios se centraban y se obsesionaban con el calentamiento global. Una época de calor abrasador y de aire tan seco como el viento del desierto.
Entonces, una noche de verano, sin previo aviso, empezó a llover. Cuando escuché el delicioso sonido de gotas golpeando mi ventana, mi corazón se quedó sin respiración durante varios segundos. Flotaba en el aire.
Sin pensar, me levanté de mi silla, bajé corriendo las escaleras y salí al jardín. La noche estaba tan fresca -o estaba yo tan emocionado- que el vello de mis brazos se erizó. El agua, caída del cielo, acariciaba mi piel con la más dulce de las ternuras. El olor a tierra mojada me invitó a llorar.
La vida es como la lluvia: podemos dejarnos ahogar o podemos llover con ella.
Gracias, lluvia.