A pocos días de dedicar unas palabras y pensamientos al otro lado, me despierto con la extraña sensación de haberlo averiguado.
He observado toda mi vida pasar ante mis ojos. Escenas de vivencias pasadas se entremezclaron en mis sueños para formar un mosaico surrealista de recuerdos y emociones. Me han visitado viejos amigos a los que hace siglos no veía, he abrazado cordialmente a antiguos rivales y enemigos que creía odiar y he revivido pasajes de mi vida que jamás olvidaré. Todo ello siendo yo mi actual yo y no mi yo perdido en el tiempo. Tan familiar, tan mío, tan diferente.
Como guinda del pastel, finalmente logré reunirme con un ser muy querido que me recibió tierna y alegremente con los brazos abiertos, como en la tele.
Los reencuentros felices pueden producirse en inesperadas circunstancias. |
Ahora mismo me siento en paz. Animado, relajado. Indescriptiblemente en paz.
Es la típica historia de la típica muerte en la típica película de sobremesa.
He buscado por toda la casa y no he hallado mi cuerpo. ¿Se lo habrán llevado ya?
Con cariño desde el más allá:
F.
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